12/5/09

BESOS DE NEÓN


Semisótanos ocultan en su cabeza sombreros metálicos que a través de sus ojos cuadrados, observan el transitar de unos seres extraños, como clonados por un molde recién sacado de fábrica.

Bastones de luz que se pueden intuir entre el humo estéril. Su solemnidad no augura buenos presagios para las criaturas que habitan la noche, y que confundidas por un ángel caído de alas de luz cegadora, consiguen abstraerse por apenas unos segundos, el premio de la libertad impuesta y el alimento de sus cicatrizados ojos.

Una sonata de agujas candentes lloran el Blues de algún refugio lejano, y como quien recibe flores, la esquina de una calle exhibe una sonrisa, mueca inútil y sin brillo que se pierde en un callejón abandonado.

Vuelvo a sumergirme en los sombreros, guiñan los ojos con sus pupilas encendidas de formas chinescas y gesto cómplice, regalándome el carmín rojo de neón de sus ásperos labios olvidados en algún club nocturno.

Un ronroneo de fondo hace que me evada, seguido de un cálido maullido.

Otro ángel cae sobre mi cabeza rompiendo la armonía de mi plastificada paz, dejando de nuevo, otro extraño baile de máscaras que acaba en bacanal de luces y fuego apunto de morir en algún coche de vuelta a casa.

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