13/5/09

ABSENTA


Rezo a un Dios imaginario que sutilmente me despierta cada mañana. Limpia mi cara de barro con las aguas celestiales de su omnipresencia y llena mi pecho de corales que me sirven de coraza.

Arde mi alma en varillas de incienso mientras los aceites aromáticos descargan el perfume de sus deidades. Entones descanso, cansado de sentir la presión del agua que me aprisiona, que me encierra en su torre de cristal.

Distraigo la espera con bocanadas de aire, mientras el ajenjo sirve de alimento para mis gusanos terrenales.

Huyo del calvario que me deja tu deseo y vuelo sobre plantaciones de artemisia.

Nubes verdes que ocultan secretos de incalculable valor deshilvanan sus lazos que ahora cuelgan de mis párpados deshojados.

Viajando en el tiempo, sintiendo el calor de otros cuerpos olvidados que emanan de la etérea brisa cristalina de tus verdes ojos.

Disipado mi tormento me fundo en el latido de tus sueños.

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