22/5/09

RESUCITANDO

Y todavía crees que el tiempo resonará imperioso en el letargo que nos margina, que nos sacude hasta hundirnos en un mar de arena.

Que volveremos a saciar la sed que seca nuestros húmedos desiertos, tan fríos, tan helados que hielan nuestras huérfanas manos de madera.

Tan rápido emergemos de las nubes como tan fugaces nos sepultamos en el barro.

Reviviéndonos una y mil veces con las cenizas vivas que cubren nuestros rostros,

Con las gotas que secan de nuevo nuestras caras, con el polvo que brota de nuevo en nuestros ojos.


Otro regalo visual...

1 en el tejado:

Anónimo dijo...

Me he quedado sin palabras...
Un fuerte abrazo.