30/4/09

DESVISTIENDO PIEDRAS


Supongo que escuché un rumor,
una pequeña voz que me llamaba, que me decía “ven”,
que me invitaba a acariciar el pelo del tiempo,
sosegando sus rasguños en mi alma.

El desengaño aplacó mis ganas de escuchar susurros
ensordeciendo la campana de la torre,
privándome del repicar incesante.
Hoy es música de funerales pasados.

El cristal se empaña hasta convertirse en un espejo,
en un alarde de madurez,
como queriendo atrapar al sol e intentando brillar por si mismo.
Ahora se reflejan temores.

Quizá mañana quiera mimar las piedras,
desvestirlas hasta descubrir nuevas piedras en su interior,
deseosas y temerarias,
muertas de ganas por ser guardadas en mis bolsillos.

0 en el tejado: